Emile Munier vino al mundo en París un dos de junio de 1840. Era hijo de un maestro tapicero de la Manufactura Nacional de Gobelinos y de una pulidora de cashmere.
Empezó sus estudios en la Escuela Comunal, pero al mejorar la situación económica de la familia el y sus hermanos cambian de colegio.
Emile Munier asistió a clases de anatomía, dibujo, pintura, perspectiva y química, dirigiendo sus estudios hacia el arte de la tapicería y preparándose para entrar en la Manufactura Nacional de Gobelinos igual que su padre.
Tres amigos (1885)
Conoce a Henriette con quién se casa en en 1861 en la capilla de los Gobelinos, donde Emile ya trabaja como un artista de la tapiceria.
Henriette era hija de su profesor de pintura Abel Lucas. Emile continua pintando con su suegro cuando su trabajo se lo permite.
Su pintura es de corte académico.
A las pocas semanas de dar a luz a su primer hijo Emile Henri, fallece Henriette.
Al poco tiempo del fallecimiento de su primera esposa, conoce a Sargines Angrand-Campenon celebre pintora con la que se casa y monta un estudio en París. Abandona la Manufactura Nacional de Gobelinos para dedicarse de lleno a pintar lo que complementa con algunas clases de pintura.
Es poseedor de tres medallas de Bellas Artes
En un viaje a Normandía en 1876 Emile pinta sus escenas de barcas pescadores etc.
Durante la la primera parte de la década de de los 80 pinta escenas sentimentales, temática que cultivara toda su vida, (a esta época pertenecen los cuadros que os he puesto)
Un viaje a Auvergne en 1886 hace que el pintor se decante por el ambiente rural, los protagonistas ahora serán niños del campo, junto a pequeñas mascotas y animales de granja.
En la década de los 90 empieza a pintar vírgenes, escenas mitológicas y religiosas.
Emile Munier fallece 1895
Su mejor amigo (1882) Distrayendo al bebe
Es a la década de los 80 a las que pertenecen los cuadros que es escogido para esta entrada. El encaje esta presente sistematicamente en su obra, mantillas, puntillas que adornan las sabanas, las cortinas o la ropa de sus modelos. Son escenas apacibles madres con sus hijos, niños jugando y abrazando a sus mascotas, en unos interiores muy cuidados que respiran lujo y refinamiento.
Perdón mamá (1888) Madre e hija (1885)
Para leer más sobre Emile Munier:
http://www.emilemunier.org/biography.htm
4 comentarios:
Una historia muy interesante y unos cuadros preciosos, en todos se ven encajes y las niñas son una monada. Supongo seran cuadros caros pero si pudiera me compraría uno. Saludos.
Hay algo en mi blog para vos. Cariños Adriana
Hola Marise, me temo que bastante caros, pero siempre puedes conformarte con una lamina... Un saludo
Gracias Adriana
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